La economía durante la época feudal
estaba basada en una agricultura y ganadería de subsistencia. La economía era
de carácter autárquico, por lo que apenas existía comercio y éste se realizaba
principalmente mediante intercambio. Flórez afirma:
“En estos tres siglos
se caracterizan por una notable expansión económica, ligada a la ampliación del
espacio cultivable gracias a las roturaciones, tarea en la que colaboran
estrechamente los señores y sus dependientes. Por su parte, la gran propiedad
territorial, el señorío, se ve favorecido con el poder que tiene el señor de
ejercer prerrogativas ligadas a la existencia del ban o bannum (poder de
mandar, castigar, ordenar u obligar) que somete a los dependientes a cargas muy
variadas y en ciertos casos arbitrarias, a lo que se agregan las corveas, que
si bien disminuyen en número, siguen siendo importantes tanto por el esfuerzo
físico como por la inferioridad que implica su cumplimiento en lo social y
jurídico”
De esta manera la fuente de riqueza
estaba en la reserva señorial a través de la tierra, la cual estaba en manos de
los señores feudales, el trabajo manual lo realizaban los siervos donde ellos
cultivaban los feudos, así el señor feudal podía incrementar el rendimiento de
la reserva señorial y su economía con las contribuciones en dinero o productos
a través de la agricultura, ganadería y artesanía.